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El Unionismo es un Humanismo

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Yo siempre fui unionista

Yo siempre fui unionista

Todo el tema “Artur Mas y sus aventuras” está dando lugar a ciertos lugares comunes en bastantes personalidades, periodistas y blogueros. Este post de Roger Senserrich es un buen resumen de unos cuantos de ellos. Vamos a tratar en este post de hablar por separado de algunas de estas ideas recurrentes.

1. El término “unionismo” es amarillista y bobo

Creo que lo vi por primera vez en La Vanguardia. Me refiero hablar de “unionismo” para hablar de quienes no quieren la secesión de Cataluña. “Unionismo” evoca al conflicto irlandés, en el que hay elementos religiosos, con incluso actos terroristas de por medio. El término es igual de equivocado y amarillista que cuando La Razón o el ABC nos habla de “la balcanización de España” cuando habla de las comunidades autónomas. Por no decir que aquí nadie ha puesto bombas a ERC, a Artur Mas o similares.

2. “Españolizar”, el Horror

Las palabras del ministro Wert sobre “españolizar” a los niños catalanes provocaron gran escándalo. Y todavía hoy lo provocan. Hasta donde yo sé, en Gran Bretaña, Francia o Estados Unidos a los niños se les enseña en la escuela que son ciudadanos de su país, les enseñan su Historia y, sí, se les inculca sentimiento de unidad nacional. En democracias de nuestro entorno es una de las cosas que suelen hacer los sistemas educativos, es la normalidad. Puede parecernos bien, regular o un síntoma del fascismo posmoderno, pero lo que dijo Wert debería formar parte de lo que es normal en una democracia. Uno puede creer que Cataluña no es España y que eso es una intromisión extranjera, es legítimo. Pero quien crea que Cataluña sí es España debería explicar el porqué España debe ser el único país en que esto, normal en otros países democráticos de nuestro entorno, no es posible. O decirnos qué país da una educación que forma niños apátridas.

3. La carga de la prueba

Se insiste en que hay que hay que dar argumentos a los catalanes para que decidan no irse. Pero es al revés: es el que propone algo nuevo el que tiene que convencer a los demás de sus afirmaciones. En este caso, los partidarios de la secesión. O se es secesionista o no se es, no hay término medio.

4.- Los políticos de Madrid

Uno de los latiguillos más repetidos una y otra vez. “Madrid debe darse cuenta“, “los políticos de Madrid“, etc. Se transmite algo así como que Madrid manda desde lo alto del Monte del Destino y los demás o asienten o mueren bajo las botas de nuestras legiones de orcos. Pero no. Los catalanes, como los madrileños y todos los demás votan al Parlamento Español, y en “Madrid” hay representantes de Cataluña. De hecho, en “Madrid” creo que hay más políticos elegidos por los catalanes que por los madrileños. El presidente del gobierno español sale elegido con votos de parlamentarios catalanes, entre otros. A veces, como en 1993, 1996 o 2004, son partidos esencialmente catalanes los que deciden quién está en el gobierno estatal. La idea de “los políticos de Madrid” como un grupo de autistas que lo que saben de Cataluña es que allí está el Barça es falsa: hay representantes suyos en “Madrid” y en tres/cuatro legislaturas partidos que sólo se presentan allí han sido decisivos para que un partido u otro gobierne. Es decir, dejad de vender que los catalanes son irrelevantes, que no están en Madrid o que no participan de modo decisivo en el poder estatal central, porque es totalmente falso.

5.- La región más maltratada

Esto suele ser muy repetido también. Podríamos hablar largo y tendido sobre, por ejemplo, Ávila, Soria o Toledo y sus infraestructuras para ver si Cataluña es “la región más maltratada”. Es más, yo invito a los que dicen que Cataluña es la región más maltratada a venir al pueblo de mi madre, en la Sierra de Gredos, en Ávila. Van a conocer lo que es el olvido en gasto público…¡y está a dos horas en coche de la capital de España! Entiendo que pueda decirse (entiendo, que no comparto) que a Cataluña se la debería dar más, pero lo de que es “la más maltratada” no hay por donde cogerlo. Y los que viven en esas regiones que no tienen tanta atención mediática ni mimo con dinero público lo saben muy bien.

6.- Idiomas y protección

Comenta Roger lo siguiente:

Es un idioma pequeño, minúsculo; es la clase de lengua que uno podía encontrar en rincones perdidos de Europa hace 100 años y que ha acabado desapareciendo por desuso, como el occitano o el bretón

Y tiene razón. Yo soy partidario de que no se pierda el catalán, el vasco o el gallego. Y que se haga con dinero público. Sí, soy partidario de que esa diversidad se proteja desde los poderes públicos. Y, de hecho…en España se hace. Tanto que en Cataluña la escuela es en catalán, los rótulos en las calles son en catalán, se doblan películas y series al catalán, se imprime mucho en catalán, etc. Varias de estas cosas, por cierto, con dinero público.

Pero no recuerdo haber oído a ningún catalán decir lo obvio: esto no se ha hecho en otros países democráticos ni con el occitano ni con el bretón ni con otros idiomas similares…es decir, que España ha protegido lenguas minoritarias como no lo ha hecho Francia, Alemania o Italia, países democráticos de nuestro entorno (¡incluso lo tenemos en la marvada Constitución!). En ese sentido, debería decirse desde Cataluña que la España democrática en este sentido es ejemplar. Pero no. Es la malvada. La opresora. La del gobierno tontaco “de Madrid” que no entiende a los catalanes y que disfruta ignorándoles/troleándoles, aunque nadie nos ha explicado todavía el porqué de tanto odio.

Se consigue así que fuera de Cataluña se comprenda cada vez menos todo el aparato de protección al vasco, catalán o gallego. Se habla mucho de la comprensión hacia Cataluña, pero nunca de Cataluña hacia el resto del país, y en cosas como esta sería bueno que se reconociera que lo que ha hecho España es casi único y admirable, en vez de saltar de modo surrealista ante ofensas reales o inventadas (¿de verdad es “fascista”, “totalitario” o “nacionalcatólico”, como he leído tanto, que el sistema educativo en cuanto a elección de lengua en el colegio pase ahora a ser como el vasco? ¿había nacionalcatolicismo españolista en el País Vasco con el PNV gobernando y no nos habíamos enterado?).

7.- Legalidad a troche y moche

Yo soy muy partidario de aquello de que la ley está para cumplirla, que nadie es más que nadie ante la ley, Moisés en “Los Diez Mandamientos” diciendo “no hay libertad sin ley”, etc. Pero lo que es cierto es lo siguiente: ya puede decir la Constitución Española que el fin del sistema penitenciario es la reinserción, que si una turba furiosa demanda cadena perpetua va Gallardón y encuentra la forma de encajarla en nuestro sistema legal. Moraleja: cuando un número grande de personas está contra una ley o se cambia o es necesaria mucha represión para mantenerla. Si hay suficientes secesionistas en Cataluña al final dejará de ser parte de España, así de sencillo.

Quitando dos o tres locos irrelevantes nadie quiere tanques saliendo para Barcelona. De hecho, y digo esto personalmente, lo que más oigo yo en Madrid a gente de derechas son cosas del estilo “que se vayan ya”, “que pongan un puto muro en Aragón”, “que nos dejen en paz, joder”, etc.

Hay que decir aquí que el número de gente partidaria de la secesión no era tan grande antes de la crisis actual. No se si con la recuperación económica la cosa revertiría. Cuando las cosas mejoran económicamente es más fácil creer que el proyecto común es bueno, aunque no sólo, el tema identitario estará ahí sí o sí. Lo que parece demostrado es que toda esa autonomía educativa, sanitaria, cultural e incluso de fuerzas del orden público (no hay policías nacionales con la banderita española) no ha conseguido que en una crisis enorme muchos catalanes no quieran irse. Entended, amigos catalanes, que desde el punto de vista del que en el resto del país lo está pasando mal económicamente esto no es muy bonito de ver ni hace precisamente ilusión. Y votan.

8.- La broma populista

Todo el show de Mas puede tener muchas lecturas. En La Vanguardia o a blogueros amigos catalanes he podido leer que el ambiente allí es muy de “va a pasar algo muy gordo”, “esto va a ser histórico”, etc. No lo sé. Sé que si Rajoy le llega aceptar un “pacto fiscal” como el del País Vasco (es decir, privilegios económicos para una Comunidad Autónoma, razonable teniendo en cuenta que CiU es un partido conservador y carca, partidario de mantener privilegios o extenderlos a los suyos) es muy posible que todo esto hubiera acabado. Ya serían tres comunidades (País Vasco, Navarra, Cataluña) con privilegios fiscales. Pero mientras tanto hemos tenido todo una lista de insultos y campañas de odio promovidas por CiU con el famoso “España nos roba” por bandera, siguiendo por el “España es una cloaca” y continuando por las entrevistas en medios extranjeros diciendo que una región del país protagonista de la crisis económica europea quiere irse. Esto último debe ser parte de la famosa “responsabilidad en la gobernabilidad de CiU” y “la moderación de CiU”, lo de hacer sangre por el extranjero en el peor momento económico del país en no sabemos cuantas décadas. Sería bueno debatir qué haría Francia, Alemania o Estados Unidos en un caso parecido.

Así que digamos que sí, hay populismo y demagogia a raudales en el gobierno de CiU y su campaña al respecto.


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